-¡Tío!, el otro día llamé a la compañía telefónica y me
las tuve con un contestador automático que no paraba de hacer preguntas
estúpidas para limpiarme la cartera a facturas, hasta me querían vender botes
de yogur atados con un hilo!
Ante mi indignación le envié una carta al director de la empresa:
Hoy en día, el servicio telefónico está prestado por
máquinas sustituyendo al amable personal de antaño. Estos contestadores
automáticos te someten a la elección de abundantes posibilidades rayando en lo
inalcanzable, que pretenden entretenerte mientras corre la cara factura.
gracias por su atención y de antemano por la publicación,
antentamente: pau francino
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